Bebés y Buldogs: Cómo convivir con un bebé y un perro en casa

¿Cómo actuará mi Bulldog con el bebé?

¿Estás a punto de adoptar un Bulldog Francés y tienes un niño en casa? ¿Tienes dudas sobre como se comportará tu mascota con un bebé?… Si por H o por B, dos tiernecitos seres vivos van a compartir tu espacio, no te preocupes, aquí tienes recomendaciones y muchos consejos interesantes para conseguir que conecten a la perfección.

Los animales son el mejor amigo del hombre por lo que solo es cuestión de tiempo que tu bebé y tu perro sean uña y carne. Es cierto que tendrás que invertir tiempo en:

  • Enseñar a tu frenchie a respetar determinadas normas de conducta para que pueda relacionarse con respeto, cuidado y de manera amistosa con tu bebé.
  • Tu pequeño también debe entender que los perros no son juguetes y que cualquier gesto que tu perro considere una amenaza: estirarle de la cola o de las orejas muy fuerte, darle palmadas en vez de caricias, etc.. puede incomodar a tu mascota

No te olvides de que toda conexión entre dos seres extraños requiere tiempo, por lo tanto, si va a llegar a casa un bebé y tienes perros o viceversa, ten paciencia porque más tarde o más temprano es una relación que funcionará.

Hay que proteger al bebé de mi mascota

Si tu perro no sufre estrés, enfermedades y por tanto, se encuentra en buen estado, solamente hace falta una dosis de disciplina para crear un buen ambiente entre ambos.

Los Bulldogs Franceses  por lo general, son una raza muy inquieta, curiosa y nerviosa. Además se caracterizan por tener mucha fuerza y ser bastante brutotes al saltar o correr. Con una edad temprana suelen ser muy activos pero con la buena educación que seguro que le proporcionarás, harás de ellos lo que son, una raza gentil y segura que conectará a la perfección con tu recién nacido.

Obviamente como la mayoría de los perros, tienen sus manías. Los Bulldogs franceses son muy propensos a morder, a babear juguetes y a roer cualquier cosa. Además son por lo general, una raza muy celosa de su intimidad y su espacio. La clave está en conocer a tu animal perruno para poder crear la indiscutible conexión entre él y tu niño.

Muchos de los problemas que se crean cuando llega un bebé a casa es descubrir conductas  perrunas que nunca antes habías visto y que brotan por la llega de un niño en casa. Es por esta razón por lo que algunas de las conductas se pueden prevenir y otras hay que atenderlas sobre la marcha.

Cómo conseguir una feliz convivencia entre bebés y perros

La llegada de un ser extraño provoca en tu mascota un entusiasmo exagerado, una excesiva curiosidad y una pizca de sentido de alerta. Hay que aprender el lenguaje del perro y conseguir que los dos pequeños de la casa se entiendan. Para ello te dejamos algunas recomendaciones:

Muéstrate neutro para calmar a tu Bulldog Francés

Antes de que nazca tu bebé, hay una técnica que puedes usar para prevenir la ansiedad que pueda provocarle la presencia de un nuevo miembro en la familia. Cada vez que llegues a casa enseñale a tu mascota lo que llevas en la mano. Entenderá así que dejas que reconozca sin problema todo lo que entra. Con esto disminuirás su excitación nueve meses después cuando le presentes al bebé. Podrás mostrárselo y el no lo percibirá como una amenaza. Protege su carita por precaución.

  • Es necesario que actúes con normalidad cuando llegues con tu niño a casa. Lo ideal sería que alguien sacara al perrete para que puedas acomodar al bebé en su habitación. Evitarás así un ambiente estresante.
  • No muestres exaltación o grites con el bebé en brazos sin que aún tu perro lo conozca del todo, puede hacer que se inquiete.
  • Si el bebé llora en algún momento, muéstrate calmado, hará que tu perro no se alborote ante los sonidos que lo han puesto en alerta.
  •  Por último, si se muestra intranquilo y no te deja, tírale un juguete o una golosina. Hazlo lo lejos que consideres necesario para que te dé el tiempo que necesitas.

Reparte tu tiempo para evitar actitudes negativas

Con la llegada de un nuevo miembro a la familia, vas a tener menos tiempo para tu mascota, por lo tanto, establece dos horarios de paseo y juegos al día para dedicarle. Con la llegada del bebé no renuncies a estos horarios. Comprenderá que el nuevo miembro no obstaculiza su momento de ocio contigo y no se sentirá desplazado.

  • No utilices solo los tiempos en los que el bebé duerme para jugar con él. Percibirá que cuando el bebé no está, le ignoras y considerará a tu hijo como un obstáculo para jugar.
  • Lo ideal sería darle alguna caricia a tu animal cuando estés con el bebé y actuar de la misma forma cuando no esté para que entienda que recibe el mismo trato en las dos situaciones.
  • Es buena idea enseñarle a tu bichito peludo los productos y la habitación de tu pequeño antes de que llegue a tu hogar. Que olisquee y reconozca ese espacio como un entorno más de la casa. Incluso llevarle una prenda de ropa del bebé cuando aún estás en el hospital.
  • Si vas a habilitarle un espacio nuevo para tu Frenchie con la llegada de tu hijo, haz que se familiarice con él antes de que tus dos “bebés” empiecen a convivir.

 

Educa determinadas conductas de tu perro

Cuando estés cambiando al bebé no cierres la puerta del espacio, le das a entender que está prohibido y percibirá ese momento o ese entorno como algo negativo.

Hazle entender que en determinados momentos, como en el descanso del bebé no puede entrar en la habitación. Prémiale cuando no entre, y puedes echarle spray con agua por ejemplo, para indicarle que su intención de acceder no es la correcta.

Como las primeras veces no vas a tener muy claro cómo va a actuar tu cachorro en determinadas situaciones, lo mejor es que le pongas el arnes por casa y lo enganches a algún lugar cerca de ti. En él, te verá con el bebé y podrá entender  que no supone una amenaza, que te hace feliz.

Por otro lado, no es bueno regañarle con gritos cuando tenga una actitud negativa hacia tu niño. Lo ideal sería advertirle de que lleve cuidado y de que si vuelve a actuar mal, le toca estar encerrado. Por el contrario, si actúa con calma y se porta bien, estaría bien recompensarle con alguna golosina perruna para que entienda que ese es el camino correcto.

Educa determinadas conductas de tu hijo

No todo es educar a tu perro, tu hijo también tiene que entender que un perro tiene estados de ánimo y que en determinadas ocasiones debe actuar con cautela.

  • Enséñale que los animales tienen sentimientos, que también pueden sufrir y que hay que tratarlos con cariño y sin brusquedad.
  • Crea acercamiento entre niño y mascota. Por ejemplo, cuando tu bebé vaya a acariciarle, coge su mano y enséñale como lo tiene que hacer. Si el perro se resiste a tener contacto, gruñe o notas brusquedad en sus movimientos, no dejes que tu nene fuerce la situación porque provocará al animal.
  • Enséñale a respetar el espacio perruno. Cuando tu perro esté comiendo, royendo un hueso o descansando en su rincón, tu nene no debe molestarle. Interpretará que están invadiendo su espacio y se puede poner a la defensiva.
  • Deja espacios. Si el perro es el nuevo dentro del entorno infantil, tu niño no debe sobresaturarlo con caricias. Puede hacerle compañía pero no interactuar constantemente con él para que inspeccione los rincones y se adapte a los espacios.

Qué medidas debo tomar para no tener sustos

Sobre todo evita dejar solos a tus dos cachorros más queridos, así evitarás reacciones impredecibles que pueden acarrearte algún susto.

  • Evita que el niño toque a tu mascota comiendo.No dejes que tu niño toque al perro mientras come, tampoco que coma de su mano o que lama el  plato del que está comiendo. Hay que prevenir antes de curar. Desconoces que ha estado lamiendo tu perro antes de que esto se produzca y puede que su saliva contenga algunas bacterias. Además el bebé podría llevarse las manos a la boca después de tocarlo y esto no es higiénico.

Es cierto que existen médicos expertos que creen que la saliva del perro puede ser algo positivo para tu bebé ya que pueden tener propiedades curativas y prevenir algunas alergias, así como el asma a largo plazo. Pero por otro lado, es cierto que la saliva de tu mascota puede provocar también determinadas infecciones, sobre todo cuando el animal no se encuentra vacunado o cuando ha estado royendo algo poco saludable. Por ello, no es bueno que tu hijo entre en contacto de manera continuada con la saliva del perro aunque si ocurre en alguna ocasión, tampoco enfermará con gravedad.

  • Mantén vacunado y desparasitado a tu animal para que no se convierta en un peligro para tu bebé. Debes también cuidar más su higiene y su cuidado estético como mantener sus uñas bien limadas. Evitarás que te haga daño a ti y por supuesto a tu niño.
  • Evita descuidos. Si te llaman al móvil, tocan a la puerta o te vas a la cocina dejando a ambos expuestos a encontrarse sin supervisión, puede que se hagan daño. Esto último suele ocurrir sobre todo a los 4 o 5 años donde los niños tienen poca coordinación al caminar y se agarran a lo primero que ven ¡Cuidado con la brusquedad y la dispersión!

¿No hay conexión entre tu perro y tu bebé?

Si ves que el comportamiento de tu animal es muy brusco y actúa con agresividad, acude a un profesional para que puedan asesorarte sobre su conducta y su estado.

Excepto en casos particulares, existe buena química entre ambos y la conexión entre ellos debería ser buena.  Es más, los perros consiguen generar grandes beneficios en tu bebé:

  • Impregnar la idea de constancia a una edad muy temprana, así como actitudes de responsabilidad.
  • Fomentar sus ganas de ayudar, dar cariño a los seres vivos sin tapujos.
  • Así como potenciar su empatía y sensibilidad.

Por tanto, ¿por qué no elegir un animal peludo para favorecer el crecimiento de tu niño?

¿Funcionará la convivencia entre tu cachorro  hijo?

Por tanto, después de todo lo tratado, concluye que la convivencia será perfecta:

  • Si supervisas de manera regular el trato que tienen ambos y corriges las malas conductas.
  • Si preparas el entorno con antelación e introduces al animal poco a poco en él antes de la incorporación del pequeño.
  • Si te tomas con calma el proceso de adaptación del uno y el otro aceptando que el proceso es gradual.
  • Así como si no pierdes los nervios y mantienes la calma para mejorar el comportamiento de ambos,

¡ESTÁ HECHO!

Tu Bulldog amará a tu niño tanto como a ti. Recuerda que la educación y la constancia son la clave de esta unión.

¿Y tú, eres capaz de convertir a tus dos bichitos en reyes de la casa por igual?

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